Los wearables forman ya parte de la vida cotidiana. Mucha gente lleva ya un smartwatch como algo normal, cuenta sus pasos, controla la calidad de su sueño o establece recordatorios para hacer descansos durante el día. Y me alegra admitirlo: Yo también tengo un Apple Watch, y encuentro esta tecnología absolutamente fascinante a su manera. Puede hacer cosas que hace sólo unos años habrían sido puros sueños del futuro. Sin embargo, apenas uso mi reloj Apple.
Y justo ahora, tras los últimos informes y declaraciones de expertos, me doy cuenta una vez más de que esta reticencia no está tan equivocada. Al fin y al cabo, muchos auriculares y wearables modernos contienen ahora sensores que pueden medir mucho más de lo que uno se imagina a primera vista. No todos los auriculares lo hacen, pero la tendencia es clara: cada vez más tecnología se traslada discretamente a pequeños dispositivos que llevamos cerca del cuerpo.
La primera parte pretende explicar de forma sencilla qué Wearables hoy en día, por qué son útiles para muchas personas - y por qué, no obstante, debería echarles un vistazo más de cerca antes de confiar ciegamente en ellas.
Lo que los wearables modernos pueden hacer hoy
En pocas palabras, los wearables son pequeños ordenadores que se llevan en el cuerpo. El más conocido es el reloj inteligente, ya sea de Apple, Samsung o Garmin. También hay pulseras de fitness, correas para el pecho, anillos como el de Oura y, por supuesto, auriculares intrauditivos que hacen algo más que reproducir música. La mayoría de la gente está familiarizada con las funciones básicas:
- Contar pasos
- Calorías estimadas
- Medir el movimiento
- Registrar la frecuencia cardiaca
- Controlar el sueño
- Analizar la formación
Son prácticos ayudantes que recogen datos sin esfuerzo y los convierten en información útil. Para muchas personas, esto es motivador: puedes ver de un vistazo si te has movido lo suficiente, cómo has dormido o si necesitas más descansos.
Por qué se han hecho tan populares
El éxito de estos pequeños artilugios se debe a varias razones. En primer lugar, hacen visibles muchas cosas que antes sólo se sentían. En segundo lugar, son cómodos. No hay que anotar nada, medir nada ni planificar nada: el reloj se encarga de todo. En tercer lugar, dan la sensación de tener la vida bajo control. El movimiento, el sueño, los latidos del corazón... todo puede seguirse de repente.
Y por último, pero no por ello menos importante, tienen un aspecto moderno. Naturalmente, los fabricantes hacen todo lo posible para reforzar esta impresión: nuevos colores, nuevas correas, nuevas funciones. El principio es siempre el mismo:
„Llévanos - y tú eres parte del progreso“.“
Las ventajas justificadas de los wearables
A pesar de todas las precauciones, hay que ser justos. Muchos wearables tienen ventajas reales:
- Puede reconocer los ritmos cardíacos anormales.
- Advierten de cargas inusuales.
- Te motivan para salir a pasear o hacer deporte.
- Te recuerdan que debes hacer descansos si estás sentado demasiado tiempo.
- Registran las fases del sueño para que puedas comprender mejor tus propios patrones.
- En caso de emergencia, pueden incluso pedir ayuda automáticamente.
Por tanto, sería un error pretender que la tecnología es fundamentalmente mala. Antes había que acudir a un laboratorio del sueño o a un cardiólogo para realizar estas mediciones. Hoy en día, esta tecnología -al menos de forma simplificada- está disponible directamente en la muñeca.
Precisamente por eso es importante abordar el tema con la cabeza despejada. La tecnología puede ser útil. Puede hacer la vida más fácil. Pero siempre hay que ser consciente del precio que se paga por ella, y no siempre es sólo dinero.
¿Qué datos miden los wearables?
La primera parte se centraba en las ventajas visibles y la fascinación de estos pequeños aparatos. Pero eso es sólo la superficie. Ahora llegamos a la parte que casi nadie entiende realmente: Lo que los wearables miden en segundo plano. La mayoría de los usuarios creen que su reloj sólo cuenta los pasos y muestra su pulso. Pero los sensores modernos van mucho más allá. Registran señales que antes sólo se medían en laboratorios médicos o psicofisiológicos. Y estas señales pueden utilizarse para sacar conclusiones que van mucho más allá de „hoy he caminado mucho“.
Aquí es donde la cosa se pone emocionante y, a veces, da un poco de miedo. Porque muchas de estas mediciones son completamente automáticas e invisibles para el usuario.
Los datos visibles: Lo que todo el mundo sabe
Antes de llegar a los sensores ocultos, empecemos por lo que todo el mundo puede ver. Al fin y al cabo, estos datos evidentes son el argumento de venta.
- Pasos y movimientoDatos de movimiento: se trata de simples datos de movimiento. El reloj reconoce con qué frecuencia y cuánto se mueve la muñeca. Se utiliza para calcular los pasos, los minutos de actividad y las calorías.
- Frecuencia cardiaca (pulso)Ésta es la función central. Los sensores ópticos utilizan los cambios de luz para medir la rapidez con que late la sangre en la muñeca. Esto es poco problemático y relativamente tosco, pero útil.
- Seguimiento del sueñoMucha gente cree que el reloj „reconoce“ directamente las fases del sueño, pero no es así. Combina la falta de ejercicio, el pulso, los patrones de respiración y algunos otros valores para producir un valor estimado. No obstante, proporciona una información sorprendentemente útil.
- Saturación de oxígeno (SpO₂)A veces es bastante preciso, a veces es más un truco, pero funciona siempre que te quedes quieto.
Todo lo que se ha mencionado hasta ahora es básicamente inofensivo. El público conoce estos valores, se anuncian y puede decidir si quiere que se los midan. Pero eso es sólo la punta del iceberg.
Las bioseñales invisibles: lo que casi nadie percibe
Ahora llegamos al punto crucial. Los wearables modernos, especialmente los smartwatches y los auriculares intrauditivos, registran bioseñales que van mucho más allá de lo que el usuario ve conscientemente. Esto ocurre de forma silenciosa, automática y en segundo plano. Y son precisamente estos datos los que permiten sacar conclusiones sobre el estado de ánimo, el estrés, el estado emocional o incluso el carácter básico. Repasaré sucesivamente los métodos de medición invisibles más importantes:
Variabilidad de la frecuencia cardíaca (VFC)
A veces se ve esta cifra en las aplicaciones, pero mucha gente ni siquiera sabe lo que significa. La VFC mide la irregularidad de los latidos del corazón. Un corazón sano NO late como un metrónomo: late de forma irregular. Cuanto más irregular (dentro de un rango saludable), más relajado está el cuerpo.
- VFC baja → estrés, tensión, fatiga.
- VFC alta → relajación, regeneración, rendimiento fuerte.
Los wearables miden constantemente la VFC, a menudo sin que el usuario se dé cuenta. ¿Por qué es importante? Porque la VFC es el indicador cotidiano más fiable para:
- Nivel de estrés
- Tensión mental
- Riesgo de burnout
- excitación emocional
- Molestia
- Nerviosismo
- Agotamiento físico
Esto significa que las emociones pueden reconocerse sin que el usuario lo sepa.
Microcambios en la conductividad de la piel
Muchos sensores modernos pueden utilizar pequeños cambios de tensión para medir el grado de „conductividad“ de la piel. Se trata básicamente del mismo método de medición que el detector de mentiras.
- Más sudor → mayor conductividad → estrés/excitación.
- Menos sudor → menor conductividad → reposo
Estos valores pueden ser registrados por auriculares, sensores de oído, smartwatches y pulseras de fitness, sin ninguna intervención activa.
Flujo sanguíneo en el oído y señales tisulares (con auriculares de botón)
Esta es la parte en la que mucha gente ni siquiera piensa. El conducto auditivo es un lugar ideal para medir:
- Muy buena circulación sanguínea
- Temperatura estable
- apenas trastornos del movimiento
La piel es fina y muy adecuada para medir la luz. Por eso algunos wearables intraauriculares ya pueden:
- Patrón de circulación
- Reacciones de estrés
- Ritmo respiratorio
- Actividad simpática (modo lucha/huida)
con una precisión asombrosa. Muchos usuarios ni siquiera saben que existen estos sensores.
Patrones respiratorios y micromovimientos
El reloj ve cómo se mueve el tórax, de forma mínima, pero mensurable. De ello se deduce la respiración:
- Respiración superficial y agitada → Estrés
- Respiración profunda y rítmica → Descanso
- Respiración irregular → reacciones emocionales
En combinación con la VFC, se obtiene una imagen bastante clara del sistema nervioso.
EMG-Light: Mini actividad muscular
Incluso sin electrodos, se pueden reconocer pequeñas contracciones musculares y patrones de tensión, por ejemplo, en el antebrazo o detrás de la oreja. Esto le permite:
- Tensión en la mandíbula
- movimientos inestables
- Microgestos
- señales sutiles de estrés
registrarse.
Patrones de frecuencia que permiten sacar conclusiones sobre el sistema nervioso autónomo.
El flujo sanguíneo tiene frecuencias. La respiración tiene frecuencias. Los micromovimientos tienen frecuencias. Las micro-reacciones eléctricas en la piel tienen frecuencias. Si se combinan estos patrones, se puede:
- Reconocer la excitación / la calma
- Determinar el nivel de estrés
- derivar tendencias emocionales básicas
- incluso clasificar las tendencias de personalidad
Y todo ello sin „leer la mente“.
¿Te espía tu reloj inteligente? Analizamos 17 políticas de privacidad para averiguarlo. (Español)
Lo que realmente se puede deducir de estos datos
Muchas personas lo subestiman por completo. Piensan: „Sólo mide mi pulso“. No. De las bioseñales descritas pueden derivarse patrones complejos, patrones que antes sólo podían leer psicólogos, neurocientíficos o investigadores militares. He aquí algunas de las conclusiones más importantes:
- Estrés y situación emocionalMuy preciso, a veces al minuto. Puede reconocer: ira, miedo, agotamiento, excitación, sorpresa, alegría o recuperación lenta. Funciona casi a la perfección a través de la VFC + respiración.
- Patrones y hábitos diariosAl cabo de unas semanas, el reloj te conoce mejor que tú mismo: Cuándo te cansas, cuándo estás más concentrado, cuándo estás emocionalmente inestable o cuándo eres más productivo.
- Riesgo de agotamiento, estrés o depresiónLos algoritmos pueden deducir cantidades increíbles a partir de años de curvas de VFC. A largo plazo, se pueden reconocer patrones como: impulsivo frente a controlado, tranquilo frente a fácilmente agitado, resistente frente a sensible, estable frente a cambiante y equilibrado frente a tenso. Esto ocurre de forma totalmente automática. El usuario no se da cuenta de nada de esto.
- Reacciones psicológicas ante las situacionesJunto con los datos de localización, los sistemas saben qué le estresa, qué le tranquiliza, qué lugares le alteran, qué personas le ponen nervioso, cómo reacciona a los mensajes o qué momentos son emocionalmente sensibles para usted.
- Predicciones potencialesCon suficientes datos, se pueden predecir las siguientes cosas: cuándo necesitas tiempo libre, cuándo te pones enfermo, cómo será tu perfil de estrés mañana, si estás „en la zona roja“, si duermes demasiado poco, si estás desarrollando patrones de riesgo. Esto es valioso desde el punto de vista del diagnóstico, pero peligroso desde el punto de vista social.
Los wearables miden mucho más que el pulso y los pasos. En segundo plano se crean registros de datos psicofisiológicos que permiten sacar conclusiones sobre el estado de ánimo, el estrés, la tensión e incluso la personalidad. La mayoría de los usuarios no son conscientes de ello.
Y aquí es precisamente donde reside el riesgo más adelante: no en la tecnología en sí, sino en lo que se haga de estos datos en algún momento.
Encuesta actual sobre la digitalización en la vida cotidiana
Dónde acaban realmente todos estos datos y por qué suelen ser diferentes de lo que mucha gente piensa.
Cuando se trata de wearables, tarde o temprano surge una pregunta sencilla pero crucial: ¿dónde van a parar realmente todos esos datos? Muchos usuarios confían ciegamente en que su fabricante „hará un buen trabajo“. Pero esta confianza se basa a menudo en la intuición, no en el conocimiento. Y las diferencias entre fabricantes son mayores de lo que parece.
La verdad es que no hay wearables sin tratamiento de datos. La única cuestión es dónde se procesan los datos y cuánto tiempo permanecen allí.
Apple: mucho almacenamiento local, mucho cifrado, pero no totalmente independiente
A lo largo de los años, Apple se ha posicionado conscientemente como una „empresa de protección de datos“. Y en comparación, es cierto: en realidad son los más precavidos de los grandes fabricantes. Los puntos más importantes:
- En Aplicación de salud en el iPhone ahorra mucho localmente.
- Cuando se introducen datos en el iCloud suelen estar cifrados de extremo a extremo, al menos según Apple.
- Muchos datos sólo se procesan cuando el iPhone está desbloqueado.
- Apple no analiza los datos sanitarios con fines publicitarios.
Suena bien, y de momento lo es. Pero no hay garantías de que siga siendo así. El Apple puede cambiar sus normas. Los Estados pueden cambiar sus leyes. Las autoridades pueden exigir acceso. Y Apple es una empresa que cotiza en bolsa, no una organización benéfica.
Pero el punto más importante es otro: incluso los datos almacenados localmente cambian su riesgo a largo plazo cuanto más se crean. Veinte años de datos sanitarios en un dispositivo tienen más valor -y más riesgo- que unas pocas semanas.
Google (Android): mucha nube, mucho análisis, mucho marketing - poca transparencia
La situación es completamente diferente en Google. Google no gana dinero con dispositivos, sino con datos. Y eso se nota. Características típicas:
- Los datos de los wearables se transfieren a la nube de Google con mucha más frecuencia.
- Los datos sanitarios se utilizan para optimizar los servicios, un campo siempre amplio.
- Fitbit es ahora propiedad de Google, y sus sistemas están aún más centrados en la nube.
Google no utiliza oficialmente datos sanitarios para publicidad, pero el sistema se basa en el análisis de datos. Android es técnicamente abierto, pero eso no significa automáticamente más protección de datos. Al contrario: cuantas más apps se installiert, más interfaces acceden a los sensores.
Mientras que Apple bloquea muchos accesos de aplicaciones de forma restrictiva, Android permite muchos más en la práctica, y los usuarios apenas lo notan. Si lo miras con seriedad, se aplica lo siguiente:
- Apple cobra menos porque vende electrodomésticos.
- Google recauda más porque vende datos.
Simplemente tienes que saberlo antes de tomar una decisión.
Samsung, Garmin, Huawei, Xiaomi y otros: Comodidad intermedia y nebulosa de recogida de datos
Luego está el gran grupo de „otros fabricantes“. Y aquí es donde la cosa se pone confusa, porque el espectro va de lo ejemplar a lo completamente opaco.
- Samsung (Wear OS + nube propia)Samsung es una especie de híbrido: se basa en Android, pero tiene sus propios servicios y sus propios sistemas en la nube. Muchos datos acaban en los servicios de salud de Samsung, en las nubes de Google y en interfaces con terceros proveedores. Un ejemplo típico de política de dispositivos moderna: muchos cocineros revolviendo el mismo puré de datos.
- Garmin (orientado al deporte, pero basado en la nube)Garmin sólo funciona de forma limitada sin la nube. La plataforma „Garmin Connect“ es un componente central. Los datos se almacenan, analizan y archivan permanentemente durante años. Garmin goza de buena reputación, pero la soberanía de los datos no recae en el usuario. No se puede operar completamente sin conexión.
- Huawei, Xiaomi, Amazfit (el rincón asiático)El problema: aquí es donde la cosa se complica. No por pánico político, sino porque las empresas proporcionan muy poca documentación. Lo que suelen tener en común estos dispositivos es que son muy baratos, tienen un número extremadamente grande de sensores y almacenan los análisis casi exclusivamente en la nube. Además, hay poca transparencia y la ubicación de los servidores no suele estar clara. Quien valore la protección de datos, por lo general no los utilizará.
Auriculares portátiles: la fuente de datos más invisible de todas
Mucha gente no piensa en sensores cuando piensa en auriculares. Sin embargo, los dispositivos intraauriculares son técnicamente idóneos para medir bioseñales:
- Circulación
- Micromovimientos
- Conductividad cutánea
- Patrón respiratorio
- a veces incluso la temperatura de la piel
No todos los fabricantes aprovechan estas posibilidades, pero hace tiempo que es técnicamente factible. Y los fabricantes son reacios a comunicarlo porque los „oyentes de música“ no esperan realmente „rastreadores de bioseñales“. Para ser sinceros, los auriculares actuales son a veces pequeños dispositivos de medición de la salud, disfrazados de accesorios de estilo de vida.
La verdadera diferencia: ¿qué fabricante gana dinero con qué? Este es el punto que nunca debe olvidarse en todo el debate:
- Apple gana su dinero con dispositivos. Los datos son un extra para Apple, no su negocio principal.
- Google gana su dinero con los datos. Los wearables son un extra para Google, no su negocio principal.
- Samsung y otros se sitúan en algún punto intermedio. Un poco de hardware, un poco de servicios, un poco de nube.
- Fabricante de bajo coste ganan su dinero con la masa, y los datos fluyen allá donde van.
Cuanto más dependa económicamente de los datos un fabricante, mayor será el riesgo para el usuario. Esta es una vieja regla que nunca ha cambiado.
¿Cuál es el resultado final?
El riesgo no está en la tecnología, sino en la estructura que la sustenta:
- ¿Quién paga qué?
- ¿Dónde están ubicados los servidores?
- ¿Qué dicen las CGC?
- ¿Con qué frecuencia cambia el fabricante sus normas?
- ¿Qué leyes se aplicarán mañana?
Mucha gente sólo ve la bonita interfaz, los coloridos diagramas y las prácticas funciones. Pero la pregunta a largo plazo siempre es:
¿Qué datos se almacenan y dónde, y quién podría quererlos algún día?
Resumen de los datos registrados y sus vínculos
| Datos registrados | Sensor / Fuente | Cómo se combinan los datos | Posibles conclusiones | Riesgos a largo plazo |
|---|---|---|---|---|
| Frecuencia cardiaca | Sensor óptico de pulso (PPG) | Combinación con movimiento, respiración, VFC | Estrés, forma física, reacciones emocionales | Perfiles de riesgo de las compañías de seguros, susceptibilidad reconocible al estrés |
| Variabilidad de la frecuencia cardíaca (VFC) | PPG + análisis algorítmico | Enlace con los datos del sueño y los patrones respiratorios | Nivel de estrés, recuperación, estado vegetativo | Predicción del agotamiento, resiliencia mental visible |
| Frecuencia respiratoria | Sensores de movimiento, movimiento del pecho/cuerpo | Combinación con la VFC y las fases del sueño | Calma/nerviosismo, estado emocional | Detección precoz de patrones de estrés o pánico |
| Patrones de sueño | Sensores de movimiento + algoritmos de análisis del pulso | Combinación con VFC, frecuencia respiratoria y perfiles diarios | Recuperación, calidad del sueño, fases de estrés nocturno | Derivación de riesgos para la salud, perfiles energéticos |
| Perfiles de movimiento / pasos | Giroscopio, acelerómetro | Vínculo con la ubicación, el pulso y el ritmo diario | Comportamiento en la actividad, rutinas, nivel de salud | Perfiles de estilo de vida, posibles evaluaciones de riesgo |
| Localización y rutas de circulación | GPS, WLAN, radio móvil | Comparación con reacciones emocionales (VFC/estrés) | Qué lugares desencadenan estrés, rutinas sociales | Perfil de comportamiento, comportamiento predictivo |
| Conductividad cutánea | Sensores EDA (por ejemplo, en auriculares/relojes) | Combinación de valores de tensión, respiración, pulso | Excitación emocional, picos de estrés | Perfiles psicológicos, análisis de mentiras y reacciones |
| Flujo sanguíneo en el conducto auditivo externo | Sensores PPG intraauriculares | Relación con la VFC y las reacciones emocionales | Perfil preciso de estrés/excitación en tiempo real | Reconocimiento de emociones de alta resolución sin consentimiento |
| Temperatura corporal | Sensores de temperatura en relojes/anillos | Combinación con datos de sueño, VFC, ciclo | Estado de salud, ciclo y estado hormonal | Perfil sanitario sensible, datos reproductivos |
| Micro-movimientos / tensión muscular | Sensores IMU, algoritmos de tipo EMG | Sincronización con eventos de VFC, respiración y audio | Nerviosismo, inquietud interior, pérdida de concentración | Análisis de la resiliencia psicológica |
| Rutinas cotidianas y pautas horarias | Reconocimiento automático de patrones | Vinculación de todos los datos recogidos | Energía diaria, productividad, hábitos | Previsibilidad del comportamiento humano |
La invisibilidad psicológica de la recogida de datos
Cualquiera que lleve hoy un smartwatch o se ponga unos auriculares en los oídos suele pensar que simplemente está escuchando su música favorita, contando sus pasos o quizá entendiendo un poco mejor su sueño. Pero casi nadie se pregunta en serio qué hacen estos dispositivos en segundo plano y cuánto revelan sobre sí mismos.
Esto no se debe necesariamente a una falta de inteligencia o ingenuidad. Se debe a algo más profundo: El funcionamiento de esta tecnología es difícil de comprender. Es invisible, silenciosa, discreta, y ahí es precisamente donde reside el verdadero peligro. Crea una especie de ceguera psicológica que lleva a muchas personas a recopilar datos sin que realmente se den cuenta.
La naturaleza invisible de la medición: todo funciona automáticamente
Antes, había que ir al médico, que te pusiera un micrófono, estar tumbado y que te midiera algo. Sabías que se estaba realizando una medición y optabas activamente por ella. Hoy, en cambio, todo sucede al pasar.
- Por la mañana te pones tu Smartwatch encendido - empieza a medir.
- Pones intrauriculares en el oído: registran si estás inquieto.
- Usted sale a pasear: se analizan su pulso, su respiración y sus patrones de movimiento.
- Se le mide - sin que te des cuenta conscientemente.
Y como la tecnología es tan suave, tan silenciosa, tan inteligente, piensas: „Es sólo para mí“. Pero eso no siempre es cierto. Esta invisibilidad de la detección es psicológicamente traicionera. Porque lo que no se ve, no se siente como una intervención.
Los términos disfrazan las funciones
Otro problema es el idioma. En los ajustes de la aplicación o en los términos y condiciones se leen cosas como:
- „Activar fusión de sensores“
- „Mejorar el soporte de bioseñales“
- „análisis sanitario adaptativo“
- „optimización centrada en el usuario“
- „Coprocesamiento del movimiento“
Todo suena inofensivo o incluso útil. En realidad, estos términos se traducen como:
„Le medimos de la forma más exhaustiva posible, y sabemos cómo reacciona internamente“.“
Pero, por supuesto, no dice eso. Y ahí está el truco. Las palabras suenan técnicas, modernas, bienintencionadas... y dejan deliberadamente en la oscuridad lo que significan. De este modo, no hay defensa. El usuario asiente a todo, no por aprobación, sino por incomodidad.
El marketing eclipsa la concienciación sobre los riesgos
Apple, Google y compañía son auténticos maestros del marketing. Sus campañas publicitarias muestran gente feliz, salud, autooptimización y alegría de vivir. Los wearables son coloridos, inteligentes, elegantes y dan la sensación de estar haciendo algo bueno por uno mismo. No hay advertencias, ni información complementaria, ni una reflexión real.
El resultado: el usuario moderno está emocionalmente convencido y técnicamente sorprendido. Los aparatos parecen ayudantes, pero en realidad son estaciones de medición que registran señales corporales de forma permanente y fiable. El hecho de que estos datos puedan utilizarse algún día para otros fines es algo en lo que nadie piensa por el momento.
La comodidad supera a la reflexión
Otro factor psicológico es la comodidad. Una vez configurado, todo funciona solo. La aplicación muestra bonitos diagramas, la pila dura mucho tiempo, el reloj sienta bien... ¿para qué cuestionarlo?
Pero esta zona de confort es peligrosa. Te adormece. Evita preguntas como:
- ¿Qué pasa con mis datos cuando vendo el dispositivo?
- ¿Qué almacena realmente la nube?
- ¿Qué patrones pueden reconocerse a partir de mis datos de VFC?
- ¿Qué podría aprender un algoritmo sobre mí a partir de mis patrones de sueño?
La respuesta suele ser: más de lo que crees.
Las normas sociales hacen que las críticas sean sospechosas
Hace sólo unos años, era normal no llevar un smartwatch. Hoy, rápidamente te consideran „anticuado“, „alejado de la tecnología“ o „desconfiado“.
Los que se oponen conscientemente a los wearables suelen ser ridiculizados, a veces incluso marginados sutilmente. Esto crea normas sociales que hacen obligatorio el uso de la tecnología, sin coacción alguna. Si se quiere „avanzar con los tiempos“, hay que ser comedido. Sería más sensato preguntar:
¿Quién se beneficia realmente de estos datos, yo u otra persona?
La prudencia tradicional se presenta como una debilidad
En el pasado, era completamente normal tener una sana desconfianza hacia la tecnología. La gente sabía que todo lo nuevo tenía dos caras.
Hoy, en cambio, cualquier escepticismo se considera rápidamente „conspiración“, „paranoia“ o „tecnofobia“.
No es casualidad. Es el resultado de campañas específicas que ridiculizan la incertidumbre, para que nadie se fije demasiado. Sin embargo, es precisamente este cuestionamiento lo que es necesario. No para demonizar la tecnología, sino para evitar caer ciegamente en la dependencia.
La recopilación de datos mediante wearables está tan bien diseñada que no parece una intrusión. Parece útil, amable, inteligente, casi como un buen amigo. Y precisamente por eso es tan eficaz. No hay pitidos. Ni señal. Ni aviso. Sólo datos, muchos datos discretos y continuos.
Y en algún momento, dentro de cinco o diez años, estos datos se convertirán en algo que el usuario nunca pretendió: un perfil completo, analizable y comercializable de sí mismo. Por eso merece la pena volver a pensar de forma clásica:
La tecnología no es neutral. La tecnología persigue intereses. Y si no sabes quién tiene el control, entonces tú mismo ya no lo tienes.
Encuesta actual sobre el DNI digital previsto
Una contrapropuesta: utilizar la tecnología sin estar a merced de los demás
Después de todas estas observaciones críticas, surge naturalmente la pregunta: ¿Y ahora qué? ¿Tenemos todos que tirar nuestros smartwatches, no volver a usar auriculares y volver a los relojes de pulsera con manecillas?
No. Esa no es la cuestión. La tecnología puede ser útil. Puede motivar, ayudar, proporcionar recordatorios, promover la salud... si se utiliza conscientemente. El problema no es la tecnología en sí, sino el uso irreflexivo y continuo que expone más datos de los que la mayoría de la gente cree. Y aquí es precisamente donde entra en juego una contrapropuesta saludable: Tecnología sí, pero no a cualquier precio.
Manipulación consciente en lugar de seguimiento permanente
Yo también tengo un reloj Apple. La tecnología me parece fascinante, funciona increíblemente bien, tiene estilo... y de vez en cuando me gusta ponérmelo. Pero no lo llevo siempre. Por ejemplo, si quiero saber cuántos pasos he dado en una ruta determinada o si he hecho suficiente ejercicio en una semana concreta, entonces lo uso específicamente. Luego lo vuelvo a quitar. Por lo demás, sólo activo las funciones de seguimiento de forma consciente y específica, nunca de forma permanente.
Pero al mismo tiempo, no dejo de darme cuenta de que tengo -en algunos aspectos bastante tradicionales- cierta precaución. Por ejemplo, nunca he utilizado auriculares Bluetooth. Si acaso, recurro a las versiones clásicas con cable. No por nostalgia, sino porque no quiero ninguna radiación inalámbrica directamente en la oreja.
Yo decido cuándo mide un aparato, no el aparato. Para mí, esta actitud no es una restricción, sino una muestra de autodeterminación.
Auriculares: la infravalorada proximidad al sistema nervioso
Soy especialmente escéptico sobre los auriculares Bluetooth, es decir, los auriculares inalámbricos que se colocan directamente en el canal auditivo. Sé que mucha gente los lleva todo el día. Algunos incluso los usan para dormir.
Pero me pregunto sinceramente: ¿es realmente sano tener una radio en el oído, justo al lado de las células nerviosas más finas del cuerpo? Personalmente, evito por completo este tipo de aparatos. Si quiero escuchar música fuera de casa, uso auriculares tradicionales con cable.
¿Anticuado? Tal vez. Pero prefiero tener un poco de lío de cables que una conexión inalámbrica constante en la cabeza. Y ahora que está claro que muchos de estos dispositivos también contienen sensores de medición -algunos incluso para señales biométricas-, prefiero aún más esta decisión.
La soberanía de los datos empieza en la vida cotidiana
No es necesario dar grandes pasos para recuperar un mayor control sobre sus propios datos. Incluso pequeños cambios de comportamiento pueden marcar la diferencia:
- Lleva tu smartwatch sólo cuando realmente lo necesites
- Activar el uso compartido de la ubicación sólo de forma específica
- Examine las aplicaciones que quieren recuperar „datos de fitness“.
- No dejes el Bluetooth encendido permanentemente
- Desconecte regularmente los aparatos cuando no los utilice
- Compruebe regularmente las exportaciones de datos y elimínelas si es necesario
En resumen: no dejes que todo funcione automáticamente. Precisamente porque la tecnología es tan cómoda, es importante recordar que la comodidad no siempre va de la mano de la seguridad.
Virtudes tradicionales en el mundo moderno
Lo que antes se daba por sentado, hoy se considera a menudo „demasiado prudente“. Sin embargo, precisamente esa cautela es un signo de previsión. En el pasado, la gente no se creía sin más todo lo que venía en el envoltorio. La gente sabía que la tecnología sigue a los intereses. La gente estaba preparada para formarse su propio juicio. Y la gente no se convertía en conejillo de indias sólo porque algo fuera nuevo.
Esta actitud es hoy más importante que nunca. Precisamente porque todo evoluciona con tanta rapidez, porque las funciones y las condiciones generales cambian con regularidad, porque nadie sabe realmente cómo serán los sistemas dentro de diez años. La tecnología es una herramienta, pero no una compañera invisible a la que hay que contarle todo ciegamente.
Para mí era importante escribir este artículo porque no dejo de observar en mi entorno -y también en el contexto social más amplio- lo despreocupada que es mucha gente con los wearables y la tecnología de sensores. A menudo por curiosidad, a veces por costumbre, pero casi nunca con verdadera conciencia. Algunas personas llevan literalmente todo el día dispositivos en el cuerpo o en la oreja que recogen silenciosamente datos, datos que hoy pueden parecer inofensivos, pero que mañana podrían convertirse en un factor decisivo: a la hora de las tarifas, los seguros, las consultas médicas, algoritmos que ni siquiera tú mismo puedes entender.
No se trata de asustar a la gente. Se trata de ver con claridad. La tecnología está aquí para quedarse, pero cómo la utilicemos depende de nosotros. Y si empiezas a tomar decisiones conscientes desde el principio, no sólo proteges tus datos, sino también tu derecho a una vida autodeterminada. Y, por supuesto, también se trata de la soberanía de los datos. Porque aunque se midan muchas cosas, el análisis de los datos sólo es tan bueno como la aplicación y lo que permite el fabricante.
Si quieres ir aún más lejos y medir todo tu cuerpo durante largos periodos de tiempo, similar a „Star Trek con un tricorder“, puedes hacerlo con un dispositivo NLS, sobre el que escribí hace unos años. Artículo escrito tenía. Sin embargo, tengo que admitir que llevo más de 5 años midiéndome regularmente con él, pero aparte de recopilar los datos, no he analizado gran cosa. Pero sigo teniendo una ventaja: todos los datos que he medido hasta ahora están en mi disco duro y tengo una cronología de todas las mediciones en mi propio disco duro y nunca tendré acceso a un sistema en la nube.
Estudios importantes sobre wearables y recogida de datos
- Detección personalizada del estrés mediante bioseñales de dispositivos portátiles (Bolpagni et al., 2024) - investiga cómo los wearables registran bioseñales en entornos naturales y reconocen los niveles de estrés mediante modelos de aprendizaje automático.
- Detección del estrés mental mediante un sistema PPG intraauricular portátil (Barki et al., 2023) - Estudio sobre un sistema de sensores de oído (in-ear) para reconocer el estrés mental mediante PPG.
- Detección y seguimiento del estrés mediante wearables (Pinge et al., 2024) - revisión sistemática sobre sensores y wearables para la detección del estrés.
- Estado del arte de la predicción del estrés a partir de datos de variabilidad de la frecuencia cardiaca (Haque et al., 2024) - muestra la relevancia de los datos de VFC para la predicción del estrés y cómo se utilizan los algoritmos para este fin.
- La variabilidad de la frecuencia cardiaca en reposo y del sueño medida con... (de Vries et al., 2023) - Estudio con wearables, tiempo de sueño y HRV como predictores del estrés medido subjetivamente.
- Hearables, dispositivos de detección en el oído para la adquisición de bioseñales (Ne et al., 2021) - Revisión de los „hearables“ (es decir, dispositivos intraauriculares) y su capacidad para detectar señales fisiológicas.
Preguntas más frecuentes
- ¿Qué mide exactamente un smartwatch moderno?
Un smartwatch mide mucho más que la frecuencia cardiaca y el recuento de pasos. Puede registrar patrones de movimiento, hábitos de sueño, frecuencia respiratoria, variabilidad de la frecuencia cardiaca (VFC), saturación de oxígeno y, según el modelo, incluso la temperatura de la piel o patrones de estrés. Gran parte de estos datos se recogen automáticamente sin que el usuario los ponga en marcha o los vea conscientemente. - ¿Qué es la variabilidad de la frecuencia cardiaca (VFC) y por qué es tan importante?
La VFC describe los intervalos finos entre los latidos individuales del corazón. Una VFC alta es señal de buena regeneración y equilibrio interior, mientras que una VFC baja indica estrés o agotamiento. Esto la convierte en un parámetro muy significativo para el sistema nervioso autónomo y, por tanto, para el equilibrio emocional y físico. - ¿Pueden los relojes inteligentes o los auriculares reconocer realmente mi estado de ánimo?
No directamente, pero sí indirectamente: si se analizan simultáneamente varias bioseñales -por ejemplo, la VFC, la frecuencia respiratoria, los patrones de movimiento y la tensión muscular- se pueden extraer conclusiones sobre los estados emocionales. Los sistemas reconocen entonces el estrés, la tensión, la calma o la inquietud, por ejemplo. Aunque estos datos no dicen nada sobre pensamientos concretos, sí dicen mucho sobre estados interiores. - ¿Quién recibe realmente todos estos datos?
Esto depende en gran medida del fabricante. Con el Apple, muchos datos se almacenan localmente en el iPhone; con los sistemas basados en Google o Android, los datos suelen acabar en la nube. Con muchos proveedores externos, especialmente en Asia, no está claro adónde van a parar los datos. Dependiendo de la aplicación y el dispositivo, los proveedores externos también pueden obtener acceso, a menudo aceptando términos y condiciones que casi nadie lee. - ¿Cuál es el problema de esta recogida permanente de datos?
El principal problema es el efecto a largo plazo: a lo largo de meses y años, se crea un perfil cada vez más detallado del usuario, con hábitos, patrones de estrés, reacciones y posibles puntos débiles. En el futuro, estos datos podrían ser utilizados por aseguradoras, empresas o plataformas para controlar precios, ofertas o decisiones, incluso sin el consentimiento consciente del usuario. - ¿Cómo puedo evitar que mis wearables recopilen demasiados datos?
La forma más sencilla de hacerlo es llevar el dispositivo sólo cuando sea necesario. Desactiva Bluetooth, los servicios de localización y las actualizaciones en segundo plano si no los necesitas. Compruebe cuidadosamente las aplicaciones y sólo conceda las autorizaciones necesarias. En los ajustes de muchos dispositivos se pueden desactivar algunos sensores o restringir el acceso a determinados datos. - ¿Son realmente capaces los auriculares de medir bioseñales?
Sí, los modernos auriculares de botón pueden medir el flujo sanguíneo en el conducto auditivo o la conductividad de la piel, por ejemplo. Algunos modelos también utilizan pequeños sensores de movimiento o tensión para registrar patrones respiratorios o microrreacciones. Estas funciones a menudo no se comunican abiertamente, pero hace tiempo que están técnicamente realizadas, sobre todo por grandes fabricantes como Apple, Samsung o Bose. - ¿Qué distingue a Apple de otros fabricantes del sector?
Apple apuesta por el almacenamiento local, el cifrado de extremo a extremo y una estrategia fundamentalmente más favorable a la protección de datos. La mayoría de los datos sanitarios permanecen en el dispositivo mientras iCloud no esté activado. Sin embargo, Apple también puede cambiar su estrategia, y el acceso por parte de las autoridades nunca puede descartarse por completo. - ¿Y los dispositivos Google o Android?
Google recopila muchos más datos y a menudo los procesa en la nube. Dispositivos como Fitbit (propiedad de Google) también envían datos a sistemas centralizados. Aunque también en este caso existen opciones de protección de datos, muchas están activadas por defecto y son difíciles de entender. El modelo de negocio de Google también se basa en gran medida en los datos, lo que aumenta el riesgo de que se reutilicen. - ¿Qué pasa con otros fabricantes como Garmin, Samsung o Xiaomi?
Garmin almacena muchos datos en la nube, pero tiene un enfoque centrado en el deporte. Samsung combina sus propios servicios con los sistemas de Google, lo que resulta en una mezcla de local y en la nube. Fabricantes asiáticos como Xiaomi y Huawei son menos transparentes. Muchos datos acaban en servidores fuera de Europa, a menudo sin un control claro del usuario. - ¿Es exagerado hablar de vigilancia con los wearables?
No necesariamente. Se trata de un tipo de autocontrol voluntario, pero que puede convertirse fácilmente en un control externo debido a su estructura técnica. Cuantos más datos se recogen, mayor es el interés de terceros por utilizarlos. Ya sea para publicidad, evaluación de riesgos o reconocimiento de comportamientos: la frontera es difusa. - ¿Existen riesgos para la salud asociados a los auriculares Bluetooth?
Las investigaciones al respecto no son concluyentes. Muchos usuarios declaran sentir hormigueo, sensación de presión o hipersensibilidad cuando los llevan durante largos periodos. Aunque la radiación radioeléctrica esté por debajo de los límites legales, la proximidad permanente a regiones nerviosas sensibles como el oído interno puede resultar desagradable o estresante para las personas sensibles. Por tanto, no es paranoico ser precavido. - ¿Por qué tan poca gente se da cuenta de lo que hacen sus aparatos?
Porque se produce de forma silenciosa, automática y en segundo plano. Los términos de los ajustes suenan inofensivos („fusión de sensores“, „optimización“, „datos de fitness“), y las imágenes de marketing muestran a personas sanas y felices. Así que no hay inquietud. Y lo que no se percibe como un peligro no se cuestiona. - ¿Cómo pueden reconocerse a largo plazo los patrones de personalidad a partir de los datos?
Combinando bioseñales a lo largo de semanas y meses, el software reconoce patrones fijos de reacción: cuándo alguien siente estrés, cómo lo afronta, cuándo está tranquilo, cuándo se desarrolla. Estos patrones son individuales y muy significativos, y más adelante podrían ser relevantes para la toma de decisiones en los sectores de los seguros, las finanzas o el trabajo. - ¿Qué puedo hacer si ya he revelado muchos datos?
En primer lugar: toma conciencia. A continuación, comprueba qué aplicaciones tienen acceso y elimínalas si es necesario. Exporta los datos a las respectivas plataformas (por ejemplo, Google Fit, Garmin Connect) y detén la sincronización. En algunos casos, también puedes solicitar la eliminación de los datos en la nube. Y en general: sé más selectivo con el seguimiento a partir de ahora. - ¿Es realista vivir completamente sin wearables?
Por supuesto. La gente ha sobrevivido durante siglos sin podómetros digitales ni sensores de sueño, y muchos lo siguen haciendo hoy en día. No se trata de prescindir, sino de tomar una decisión consciente. Quien quiera utilizar la tecnología puede hacerlo, pero de forma selectiva, no las veinticuatro horas del día y no sin saber lo que hay detrás. - ¿Hay algún dispositivo o aplicación que sea especialmente respetuoso con la protección de datos?
Sí, ahora hay proyectos de código abierto, rastreadores de fitness alternativos sin conexión a la nube y aplicaciones que funcionan completamente sin conexión. A menudo son menos convenientes, pero mucho más transparentes. Cualquiera que valore la soberanía de los datos puede buscar este tipo de alternativas: son escasas, pero existen. - ¿Cuál era el objetivo principal del artículo?
Era importante que el autor -en este caso yo- aclarara la situación. Yo mismo utilizo un reloj Apple Watch y encuentro la tecnología apasionante, pero también reconozco los riesgos. Por eso he querido escribir este artículo: Porque veo que mucha gente se despreocupa por completo del uso de dispositivos que recogen datos íntimos de forma silenciosa. No por pánico, sino por sentido de la responsabilidad. Se trata de agudizar nuestra atención: por lo que hoy es invisible pero mañana podría ser de gran importancia.






